En el artículo anterior,
(El Boom de los Tipsters (Parte I) Introducción) presentado como aproximación básica a la realidad de los tipsters, básicamente definimos qué es un tipster e intentamos demostrar que su proliferación en España actualmente se explica por dos cosas:
i) Por la evidente demanda de un servicio básico que está presente desde que existen las apuestas: el de recibir consejos realizados por expertos.
ii) Por un contexto actual sumamente favorable; principalmente debido a la gran oferta deportiva televisada y a las probadas sinergias con las redes sociales.
...
Pero además de su creciente popularidad adelantamos también que el “fenómeno tipster” ha conseguido profesionalizarse y ya sea en forma de “tipster solitario” (apenas existen como tal), “grupo de tipsters”, o de grandes redes de cuentas y empresas dedicadas a gestionar cuentas de tipsters, están logrando ser eficientes en el objetivo que se han marcado: ganar dinero. Y llegamos a apostillar que esa profesionalización a la que estamos asistiendo genera autenticas exhibiciones de marketing online por parte de algunos de esos actores citados.
El presente artículo parte de la evidente premisa que en el intento de atraerse la simpatía de seguidores y potenciales clientes, los tipsters buscan crear la opinión que las casas de apuestas -los operadores- son el enemigo a batir y que los pronósticos y picks que ofrecen son la única arma con la que cuentan los apostadores para intentar acabar con la teórica “tiranía” de esos operadores.
Así que me gustaría matizar ésta y otras ideas similares. Y para ello analizaremos un poco la relación entre los tipsters y las casas de apuestas. Evidentemente, desde las primeras líneas rechazaremos esa visión idílica en la que los tipsters son Robin Hood, los operadores son señores feudales y la función de los primeros es “robar” el dinero de los segundos para llevar la felicidad a los “desvalidos” apostadores.
Además trataremos de dar argumentos para responder a una pregunta clave: ¿Ha podido la aparición de los tipsters afectar a una industria madura y poderosa como la de las apuestas deportivas? Porque valga como adelanto que mi respuesta es claramente afirmativa. Sí. Los tipsters han provocado cambios cuantitativa y cualitativamente en la industria.
LA OBLIGADA NEUTRALIDAD DE LOS OPERADORES
La proliferación de los tipsters, así como de cualquier experto o pronosticador nace de una realidad incuestionable: las casas de apuestas -los operadores- no se mojan. Bastante complicado es mediar y adaptarse a distintos niveles comunicativos como también pasar a la opinión. Y precisamente esa neutralidad de los operadores es uno de los pilares básicos de su estrategia y en cierta medida garantiza –entre otras muchas cosas- que no se ponga en duda la honestidad de quien fija las cuotas, que recordemos que es básicamente la función de los operadores: el intermediar.
LA DIFICULTAD DE ACERTAR
Pero es es que además de esa neutralidad que se le exige a un operador, debemos tener claro que la tarea de dar pronósticos ganadores a largo plazo es una quimera, solo al alcance de muy pocos. Principalmente porque las cuotas están bastante ajustadas a la realidad –la inversión que hacen los operadores en esto es enorme y es difícil encontrar ventaja-, más aún con las fuertes comisiones con las que el propio mercado y los organismos públicos- obligan a fijar. El propio concepto de cuota hace que casi cualquier pronosticador que pretenda ser ganador únicamente pueda hacerlo en base a trabajo, disciplina y mucha paciencia. No hay milagros.
Así que parece claro que los operadores no pueden abanderar una causa perdida. Es por ello que los afiliados pueden y deben hacerlo.
Sin embargo, también quiero dejar constancia que las evidencias tras el fulgurante éxito de los tipsters, nos indican que los operadores han vuelto a plantearse su política de contenido y quizás presenciemos una nueva etapa en la que los operadores puedan promover, incentivar e incluso ofrecer pronósticos en sus propios canales.
TIPSTERS: UN CANAL DE ADQUISICIÓN AL SERVICIO DEL OPERADOR
Tras la regulación de 2012, las salas de apuesta que entraban en el mercado regulado español, han basado sus estrategias de adquisición en en campañas de adquisición muy agresivas (bonos, cuotas mejoradas, apuestas gratis…) que incluso convertían sus “Términos y Condiciones” en interminables descripciones de cláusulas que trataban de evitar el abuso del que podían ser víctimas por parte de apostadores avispados.
Estas campañas siempre contaban con el apoyo de grandes medios como canal de comunicación. La inversión en imagen de marca y las promociones de bienvenida iban de la mano.
Y de pronto, desde las redes sociales han aparecido los tipsters, convirtiéndose en canales de adquisición que no han pasado inadvertidos. Y si a eso le sumamos la evidente crisis de otros canales de adquisición como el posicionamiento orgánico (SEO) o el email marketing, llegamos a la conclusión que estamos ante una excelente nueva forma de atraer jugadores a la sala, que además consigue fidelizar a verdaderos aficionados a las apuestas y no únicamente a los aficionados al deporte (que ha sido el principal público objetivo de las salas en sus campañas masivas de branding).
TIPSTERS Y EL RENACER DE LOS DEPARTAMENTOS DE AFILIACIÓN
Los cuarteles generales de las casas de apuestas, especialmente tras el boom de los mercados regulados habían experimentado cambios evidentes: uno de los más importantes fue que empleados de élite con capacidad comercial y enormes presupuestos (los “affiliate manager”) habían perdido su poder dentro de estas corporaciones y habían visto como analistas, ejecutivos de medios y otros especialistas en marketing… ocupaban su protagonismo y los trasladaban a un segundo plano.
Y es que la crisis de la liquidez del póker y la nula capacidad de afiliados de crear contenido apropiado para casino, hacían prever que la afiliación de apuestas deportivas en el mercado regulado se iba a limitar a foros y comunidades especializadas (donde de forma natural se satisface la demanda de pronósticos y los tipsters forman parte de ellas).
Pero con la demostración de la fuerza de los tipsters como canal propio de afiliación, los operadores fueron testigos de excepción de la reactivación de una línea de negocio que parecía obsoleta en el gaming: la afiliación.
Y que quede claro: los tipsters viven, más que de sus pronósticos, de la capacidad de convencer a sus seguidores a darse de alta en salas y depositar. Esa es la aplastante realidad que muchos desconocen. Y lo que explica que se hayan convertido en canales 100% basados en su buen hacer en marketing.
A mi entender, desde que empezó la regulación, la valoración de los afiliados por parte de los operadores se ha llevado a cabo bajo criterios obsoletos. La eficiencia de la inversión en afiliados puede ser real como han demostrado sobradamente los tipsters. Así que es una lección interesante. Un tipster puede no solo fidelizar sino arrasar en adquisición al mismo nivel que una campaña de televisión que no esté muy bien orientada.
UN IMPACTO GLOBAL
Pero el impacto de los tipsters en los operadores no se limita a los departamentos de afiliación.
La existencia de centenares de tipsters que buscan dar información concisa y de calidad afecta a todos los canales de comunicación de los operadores. Y es que por ejemplo, cuando un tipster falla su pronóstico por la suspensión del partido, en el afán por aclarar que su pick fue oportuno, intenta minimizar el impacto de las posibles críticas apuntando a las diferentes formas en las que los Términos y Condiciones resuelven estos casos especiales. De hecho, para muchos tipsters, el conocimiento de dichas políticas les sirve para convencer a los usuarios que se registren en diferentes casas de apuestas para poder tener diferentes opciones para apostar según sean sus cláusulas en lo que a suspensión o retiro por lesión se refiere.
Así que los usuarios han ganado en información y un seguidor de un tipster puede presumir de un conocimiento mucho más amplio de la “letra pequeña” que utilizan las casa de apuestas. Así que los departamentos de soporte han tenido que adaptarse a esa realidad, incluso aportando datos de competidores para poder explicar la diferente resolución de casos.
Las frases cortas, concisas y claras de los tipsters parecen haber calado en el cliente potencial y sinceramente no creo que tardemos mucho en ver expresiones importadas 100% del mundo tipster tipo “para este partido tenemos un stake 10” en las propias páginas principales de los operadores.
IMPACTO EN CUOTAS Y TECNICO
Un efecto claramente no deseado –tanto para tipsters como para operadores- es el problema de la liquidez de algunos mercados y cómo esto afecta a las cuotas. La volatilidad de esas cuotas cuando un tipster ofrece un pronóstico es una de las quejas más habituales tanto al propio tipster como al operador. Y es que evidentemente, en un mercado donde un tipster con 20.000 seguidores ha recomendado apostar al equipo favorito, automáticamente las cuotas se derrumban, especialmente en mercados con poca liquidez como el fútbol regional o los partidos de tenis de circuitos semi-profesionales.
No es extraño pues, que un pronóstico a ganador de partido a cuota 1.85 de buen tipster de torneos ITF (tenis), provoque que a los 15 segundos la línea haya desaparecido o la cuota se haya desplomado hasta 1.45.
ACUERDOS “B2B” ENTRE OPERADORES Y AFILIADOS
La proliferación de acuerdos entre grandes operadores y empresas de afiliados que se basan en “servicios tipster” es otro claro efecto de este fenómeno. De la misma forma que con otros productos exitosos –por ejemplo los servicios de resultados en directo o livescores-, los operadores han establecido interesantes alianzas estratégicas incluso adquisiciones con startups y empresas que han desarrollado proyectos relacionados con los pronósticos.
Un ejemplo concreto de esta realidad es el acuerdo entre bettingexpert.com (uno de los afiliados estrella a nivel internacional) y bet365.es en el que se desarrolló una App que permitía el acceso inmediato a mercados en directo en los que se había hecho un pronóstico previamente.