Ayer vertieron ustedes en estas páginas algunas inteligencias fruto de una gran reflexión y que además deja huella del gran nivel intelectual que han tenido a bien compartir con todos. Es un lujo leerles y aún más en un tema tan delicado como la publicidad del juego. Y me ha resultado llamativo que en sendas noticias que ayer publicábamos (la referente a la carta de Ciudadanos a El Periódico y la noticia /editorial sobre la buena idea de la prohibición de la publicidad de las apuestas) hayan utilizado la expresión “darse un tiro en el pie” para argumentar una cosa y la contraria. Para ustedes sería “darse un tiro en el pie” prohibir la publicidad del juego pero también dejar que la publicidad del juego arrase con la sostenibilidad de la Industria...
Ya conocen ustedes mi opinión. La contención y el amarre del desbarre publicitario sólo puede traer efectos positivos como muro que detenga la ola de puritanismo que está provocando el abuso de la publicidad del juego y apuestas a cualquier franja horaria y sin distinción entre información y espacio promocional. Esto es una aberración que incumple cualquier responsabilidad y ética empresarial y que convierte en carne de cañón a la industria.
Además, otro dato importantísimo. Una vez que los más grandes han venido para quitar y usurpar un mercado en manos de operadores nacionales de toda la vida a base de ingentes cantidades de dinero en publicidad parecería que todos han de seguir este camino en búsqueda del cliente. Pero esto es una sangría que no tiene fin y que está dificultando la capacidad de recuperación económica de muchos operadores nacionales a costa de captar una cuota de mercado olvidando además de rentabilizar, de una vez por todas, la ventaja cualitativa y cuantitativa de ser también marca presencial.
Mientras se afanan por coordinar estas sinergias entre lo presencial y el online, la corriente feroz de bet365 o William Hill o 888, incluso de SELAE y ONCE, está aniquilando y desgastando la buena marcha de muchas de nuestras dignas operadoras.
Mejor parar este círculo vicioso y apostar por un juego de verdad responsable y comprometido con la responsabilidad social. No veo otra manera de detener el harakiri sectorial que uno de ustedes ayer mencionaba en un comentario que me llegó al corazón. (Gracias)